INTRODUCCIÓN

 

La problemática del cambio de los órdenes mundiales es una de las cuestiones que despierta más interés y polémica en la disciplina de las relaciones internacionales. El fin del orden mundial denominado "guerra fría" ha dado lugar a un renovado debate sobre este tema que se concentra en la naturaleza del cambio (cuantitativo o cualitativo), los escenarios alternativos de orden mundial y los temas principales de la nueva agenda global. Frecuentemente, este debate tiende a desarrollarse en un marco demasiado estrecho. Se limita a especular sobre los rasgos que tendrá el orden emergente partiendo del cambio de un orden (guerra fría) por otro (aún sin nombre). Sin embargo, el proceso de cambios profundos del orden mundial precede y excede largamente el fin de la rivalidad Este/Oeste. Aun más, en buena medida lo explica.

 

Por otra parte, toda reflexión sobre las tendencias globales debe incluir, además de los aspectos ligados a los cambios, un análisis de los elementos de continuidad. Estos últimos suelen soslayarse o ignorarse, particularmente en los trabajos de los teóricos que asumen las visiones extremas de la globalización. Desde hace más de una década la globalización se ha impuesto como uno de los rasgos característicos de la economía internacional de fin de siglo. La importancia de este fenómeno se deriva de dos hechos. Por un lado, de su impacto sobre el funcionamiento de los mercados y la efectividad de las políticas públicas. Por el otro, de su utilidad como atajo para formular diagnósticos sobre el cambiante equilibrio de la relación entre Estado y mercado y para hacer recomendaciones sobre la orientación deseable de las políticas públicas.

 

En este contexto de diversidad se explica que el fenómeno de la globalización sea compatible con escenarios alternativos del orden internacional de fin de siglo. Este cuadro se refuerza si se toman en consideración dos desarrollos paralelos: por un lado, que los Estados nacionales continúan siendo la unidad de organización central de las acciones regulatorias; por el otro, que el peso relativo de las economías nacionales en el sistema internacional se ha alterado sensiblemente en las dos últimas décadas. Los desafíos que este cuadro de diversidad e incertidumbre plantea para los países de América Latina y el Caribe son monumentales. Sin embargo, desde un punto de vista práctico se trata no sólo de enumerar sus riesgos sino, también, de identificar las ventanas de oportunidad que se abren en este nuevo contexto y los márgenes de acción remanentes que surgen de las especificidades nacionales.

 

Este trabajo se compone de cuatro secciones. En la primera se examinan los principales elementos de cambio y continuidad en el orden político contemporáneo. En la segunda sección se evalúan las principales características de la globalización, en tanto proceso de mercado y fenómeno y espacio de política, y se revisan algunas de sus oportunidades potenciales. En la tercera sección se describen cuatro escenarios alternativos de mediano y largo plazo, privilegiando los aspectos económicos, y se discuten sus posibles implicancias para América Latina y el Caribe. En la cuarta sección se analiza cómo la globalización de la cultura -dimensión frecuentemente olvidada del proceso de globalización- genera un conjunto de fenómenos que modifican los procesos de las sociedades nacionales y su política externa y se esbozan algunas propuestas de acción para América Latina y el Caribe ante la "cultura global". En la quinta sección, finalmente, se sugiere a modo de conclusión recrear el rol del Estado en la región a efectos de aprovechar mejor las nuevas condiciones de interdependencia.