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Leandro M. Ferrari

 

"La globalización no es un valor, es un ímpetu instaurado

en el proceso de expansión del sistema capitalista

que, con todas sus innovaciones, produce una serie de

transformaciones profundas, positivas y negativas"

Fernando Henrique Cardozo

  

La globalización, ese nuevo fenómeno antiguo

Para intentar comprender el fenómeno de la globalización, éste debe ser apreciado como un fenómeno repetitivo en las pulsaciones de los "ciclos históricos." Por ejemplo, los cambios auto-organizativos de sistemas complejos que mas se han evidenciado, sucedieron cuando se instauró el capitalismo comercial del Renacimiento en adelante.

Los más entusiastas defensores de la globalización son quienes pueden disfrutarlo. La pregunta básica y frecuente es si la globalización no es una nueva forma de dominación.

La globalización es, sin duda, "también" una forma de dominación de los mas fuertes sobre los mas débiles.

F.H.Cardozo propone, al igual que todos los que defendemos las instituciones con gran ahínco, que: "La respuesta de un demócrata no puede ser otra que: ampliar la democracia; radicalizarla en la raíz de sus instituciones y en su idealidad de la sociedad abierta, siempre mas densamente participativa." El fenómeno de la globalización no es nuevo. Se ha repetido cíclicamente con diversos ímpetus en el pasado, aunque nunca tanto como hoy en día, compulsiones de "vigores excesivos" deseosos de afirmación: los vándalos; el renacimiento; la reforma; el primer orden económico mundial; la revolución industrial.

Hoy observamos que demografías desiguales y tecnología utilizadas masivamente empujan loa precios y el costo del dinero hacia abajo, sustituyendo viejos productos y servicios por otros nuevos en un mercado de relaciones de cambio desordenado, exaltado por monedas subvaluadas y devaluaciones competitivas.

 

PROLOGO

Podríamos calificar a la Globalización como un "cambio civilizatorio", atento a la amplitud y profundidad de las transformaciones ya operadas y las que siguen produciéndose; generando la vinculación del mismo con la política.

Podríamos preguntarnos porqué la Globalización marca un cambio de época. Y a esto le contestaríamos: Desde el punto de vista político (simbólico) la caída del muro de Berlín marco el comienzo de una nueva era. Por un lado la implosión de la ex URSS y en consecuencia de la bipolaridad mundial basada en la confrontación de dos sistemas alternativos y excluyentes, en lo ideológico, lo económico y asentado fundamentalmente en un concepto de seguridad militar provocó el crecimiento de otro sistema que rompió la unidad seguridad/economía. Así se define un modelo "unipolar" en cuanto seguridad (encarnada en los EE.UU.) y uno hasta hoy "tripolar" en lo económico donde se plantea la competencia entre las tres grandes potencias de los últimos años( EE.UU., Japón y la Unión Europea).

Si eso se da en las relaciones internacionales, en el interior de cada país implotó el modelo Keynesiano que había dado lugar al Estado de Bienestar con sus variadas y múltiples facetas.

La Globalización se apoya en la revolución científico-técnica (cibernética, quimización) y sus derivaciones en el mundo de la producción y de la organización y transforma sustancialmente al mundo del trabajo, decrece, se precariza o se pierde, con un alto impacto en la sociedad. La precarización también alcanza a los sistemas políticos y por lo tanto de la democracia; con la devaluación de la misma mas que con el peligro de un golpe de estado, potenciando dos problemas el "clientelismo" y la corrupción sistémica. A su vez estos factores alimentan esta precarización de la política, donde la crisis de representatividad aparece como la mas clara manifestación de los hechos.

 Globalización

Una serie de cambios profundos

La caída del Muro de Berlín marcó el inicio de un cambio de época. Desde entonces, implotó la ex URSS, se demolió la Cortina de Acero, se desestructuró el llamado "Mundo Comunista" y cayó, aún en Occidente, el marxismo como sistema de ideas. "Pero también entró en crisis el macromodelo Keynesyano, el llamado "Estado de Bienestar" se tornó crecientemente disfuncional y entró en una fase de agotamiento y ocaso". Frente a esta realidad habría que hacer dos reconocimientos: primero, vivimos en una época de transformaciones de una amplitud y de una profundidad tal que permitiría? calificarla de cambio civilizatorio; segundo, la realidad va mas rápido que nuestra capacidad para reconocerla y entenderla.

Este cambio de época que vive Occidente está conectado a cambio profundos estos procesos son a) la revolución científico-técnica y sus derivaciones tanto hacia el modo de producción como hacia el plano de la gestión b) las transformaciones del mundo del trabajo y su impacto sobre la sociedad y c) la globalización económica.

"Los nuevos procesos, aún incipientes, abren una perspectiva exaltante para las próximas décadas, al proceso histórico de transformación del mundo y de creación del hombre por sí mismo: nos encontramos, sin duda alguna, en el umbral de la revolución científico técnica." Obviamente, el autor de "Primavera" no se equivocaba; ni en el diagnostico ni en el señalamiento de las fuerzas motoras( la cibernetización, la quimización, etc.). Efectivamente el tiempo que siguió a esta publicación mostró como iba ocurriendo esa transformación.

El mundo del trabajo sufrió también fuertes modificaciones; es notoria, en toda la orbe capitalista, una tendencia señalada de aumento del nivel de desempleo. Las definiciones de Richta fueron anticipatorias: "En el período de la industrialización el aumento de la producción se acompañaba de un aumento del empleo en las ramas industriales en relación al resto de los empleos; en cambio, en la revolución científico-técnica se manifiesta, desde su comienzo , una tendencia opuesta: la producción crece sin que necesariamente crezca el empleo utilizado en la producción directa."

Bajo estas condiciones las civilizaciones están viviendo una metamorfosis, donde uno de sus rasgos mas característicos es la exclusión. Según Robert Castel "Lo determinante del proceso es el hecho que el trabajo dejó de ser el gran integrador. Se trata de un proceso de desestabilización de los estables, de vulnerabilización de posiciones antes seguras"

Con razón sostiene que, por motivos que empiezan a ser conocidos, como la internacionalización del mercado y las exigencias de competitividad, el trabajo se ha vuelto el blanco principal de una política de reducción de costos y de maximización de su eficacia productiva, cuya palabra de toque es "flexibilidad".

Como no podía ser de otra manera, el supuesto éxito capitalista abrió definitivamente las puertas al desarrollo de las tendencias hacia la globalización que el propio sistema poseía dentro. En términos generales puede decirse que la globalización es un fenómeno pluridimencional, es decir que compromete a una multitud de dimensiones de la vida social y que tiene por escenario al mundo. En su dimensión económica, la globalización puede ser entendida como una nueva fase de expansión capitalista y puede caracterizarse como:  

Y como consecuencia de esto:

 

Dinámica perversa, dinámica inmensa

Es perfectamente admisible establecer una conexión entre las exigencias económicas de la globalización y las metamorfosis de las sociedades. Las transformaciones del mundo del trabajo y los requerimientos de reformas del estado funcionarían como bisagra entre una y otra. Mirados desde una perspectiva estrictamente económica, dos consecuencias se desprenden de los rasgos nombrados anteriormente resultan funciones de las necesidades de reducción de costos: el descenso de los costos laborales y el descenso del costo estatal, en lo referido al mantenimiento de redes de seguridad social.

Sobre el descenso de la fuerza requerido de mano de obra incide la automatización. El reemplazo de hombres por máquinas en una muy amplia escala genera un descalabro en el mercado de trabajo; la demanda de las empresas es cada vez menor. Simultáneamente opera la reforma del estado, algunos de cuyos rasgos son: la disminución e incluso el abandono de políticas sociales la reducción del sostén de estructuras de seguridad. Tal vez, desde principios de la década de los ‘90s se asiste a una nueva fase de la crisis, probablemente terminal del "estado providencia." Es decir, la desestructuración de un estado originariamente inclinado a la protección social, a proveer seguridad ha alcanzado ya el plano de los principios, habiendo alcanzado también hasta una discusión sobre los principios, naturaleza e incluso sobre la validez del mismo, es decir entró en el campo de un orden filosófico.

¿Como se conecta esto con la necesidad de disminuir costos?, la malla de seguridad referida al mundo del trabajo supone, para las empresas, costos laborales directos. Hay una proporción directa entre la extensión y la consistencia de esa malla y los costos laborales, la proporción es directa: mayor protección social, mayor costo impositivo para las empresas.

La economía globalizada ya ha incorporado la condición de los costos laborales y de la presión impositiva como elementos muy significativos en materia de radicalización de inversiones por parte de las empresas. Esta dura realidad la encontramos al analizar la competencia entre Brasil y Argentina en su lucha por conseguir capitales.

Una dinámica perversa se abre camino por doquier. Las exigencias económicas son poco menos que implacables y las consecuencias sociales altamente lesivas. De aquí la perversión de un movimiento que parece no poder detenerse. Hasta países con una fuerte tradición de protección previsional como Alemania y Francia, tambalean. Se ven confrontadas al desafío de mantener sus instituciones laborales o sus mallas de protección y correr el riesgo de perder a mediano plazo el tren en su capacidad de competencia con otros países.

Se dice también que la globalización es una dinámica inmensa. Que en realidad actúan, simultáneamente, fuerzas globalizadoras y fuerzas localizantes. Y mas aún, que son interactivas: que cada incremento de la globalización tiende a causar un incremento de la localización y viceversa. Las primeras estarían dadas por , predominantemente por la dinámica económica. Mientras que las segundas, estarían dadas por dinámicas sociales, políticas y culturales.

La conformación de un escenario global pero también fragmentado, impacta sobre el plano de los actores sociales. En el pasado los principales actores eran de naturaleza nacional, tanto en el plano internacional como en el vernáculo. En el plano internacional actuaban los Estado Nacionales, en el doméstico, los partidos políticos, sindicatos, fuerzas armadas, etc. Hoy es perceptible la presencia de una compleja trama tejida por actores nacionales, transnacionales y subnacionales tanto en el plano internacional como en el doméstico.

 

Transformaciones en el sistema internacional

Dijimos que el estallido de la ex URSS significó el fin de la bipolaridad existente hasta entonces. Desapareció la bipolaridad que estructuró las relaciones internacionales desde la posguerra, sin embargo, no sobrevino un mundo unipolar. Los EE.UU. quedaron como la única superpotencia militar. Pero el desarrollo de la globalización, catapultó tres superpotencias económicas, Estados Unidos, La Unión Europea y Japón.

La lógica amigo-enemigo que rigió al mundo durante todo ese período perdió vigencia, es que la globalización vino a colocar un complejo juego de cooperación/ competencia en el interior del mundo occidental.

El incremento de la interdependencia económica entre los distintos países hace que sus economías individuales se necesiten cada vez mas. Pero al mismo tiempo la competencia se hace cada vez mas exigente entre ello. Una comparación que se usa a menudo está referida a las competencias deportivas. Thurow, por ejemplo usa la del fútbol: "A pesar de su ingrediente competitivo, el deseo de vencer, el fútbol tiene también un ingrediente cooperativo. Todos tienen que coincidir en las reglas del juego, los árbitros, y el modo de dividir el resultado. Es posible que uno desee vencer, pero al mismo tiempo conserve la amistad durante el juego y después.

Por supuesto la comparación es suave ya que la competencia es durísima, head to head.

 

Rol del Estado y su autoridad en la globalización

La globalización trae aparejada una disminución de la autoridad de los estados y, en consecuencia, un adelgazamiento del principio de soberanía estatal. Esto significa también que sus fronteras sean mas porosas y menos significativas. De este modo el territorio, considerado un rasgo esencial de la definición de estado empieza a convertirse en una figura evanescente.

 

Si dejar de mencionar a los países en vías de desarrollo, con referencia a la vulnerabilidad externa que ha dejado el fenómeno de endeudamiento externo y una de sus secuelas mas evidentes: el monitoreo por parte de las agencias internacionales de financiamiento, al que han quedado sujetos. Eso también habla de la pérdida de autoridad por parte de los Estado.

Por otra parte, esta disfuncionalidad y crisis del Estado de Bienestar y el avance de reformas refundacionales de aquel, y el desarrollo de las metamorfosis de las sociedades , golpean sobre las formas de relación de los individuos y la política y con el propio Estado. Y golpea mal. Crece la disconformidad, el delito y la anomia. De donde se desprende otra vía por la cual disminuye la autoridad de los Estados.

 

Es irreversible la globalización? Cuáles son sus exigencias?

La globalización es irreversible. No es imposible que los países que intervengan en ésta puedan conseguir resultados favorables, por la vía de controlar ó modificar algunas de sus facetas o resultados. Pero el fenómeno, en términos generales, ha llegado para quedarse. Si bien el proceso es calificable de irreversible, los Estados y/o Naciones no están obligados a participar de este proceso en curso. Pueden o no hacerlo. Es decir que hay márgenes para la elección: el proceso no es ni mecánico, ni inevitable, ni uniforme; simplemente se los califica de irreversible porque tiene ya una amplitud considerable, abarcando a prácticamente todas las economías significativas del planeta.

Quienes no se incorporen deberán asumir el riesgo - y eventualmente el costo - de quedar al margen de una reconversión capitalista llamada a ser dominadora del mundo.

Respectos de los modos de ingresar a la globalización en su dimensión estrictamente económica existen diversos márgenes de variabilidad. Entre las grandes potencias, por ejemplo, es perceptible que la manera de integrarse mundialmente de Japón y los Estados Unidos no son iguales; y es evidente que Brasil, Chile y la Argentina tampoco están procurando instalarse de la misma manera.

 

Los que si son uniformes son los requisitos. Son las condiciones requeridas a los países ó mercados emergentes.

 

Estas condiciones tienen relación directa con la forma de organizar las políticas, o el mundo de la política en sí mismo, sobre el diseño de políticas internas y sobre la elección de políticas en los campos estratégicos nacional y de las relaciones internacionales. Se los pueden clasificar en: a) confiabilidad b) estabilidad y c) competitividad.

 

Las condiciones de confiabilidad consiste en la credibilidad que un país despierta en los restantes. Es decir en qué medida sus vías de desenvolvimiento, su desempeño y las formas de organización social y política lo tornan creíble a los ojos de los otros. Muy vinculado a esto está la estabilidad, lo que se enfoca especialmente es la estabilidad económica y política. Finalmente está la condición de la competitividad, en el contexto de apertura, liberalización, desregulación y privatización que se ha hablado anteriormente.

 

 

Globalización y política

Democracia y exclusión, problemas

 

Lo que hemos definido como dinámica perversa ha colocado un verdadero dilema. Es decir, un problema de solución incierta, cuyas posibles soluciones son inciertas. En el contexto de la globalización económica vemos un acompañamiento de un proceso de desestructuración, exclusión y disgregación sociales, en prácticamente todos los países que aceptaron las reglas de la globalización. Las exigencias económicas son poco menos que implacables y las consecuencias sociales alarmantes, ya que la competitividad se vuelve un elemento clave para la supervivencia de las naciones. Tornarse competentes y mantenerse como tales es un desafío para los países incorporados a la globalización. Así las cosas, la fractura entre dinámica económica y problemática social se presenta bajo la forma de una antinomia que enfrenta, por un lado la exigencia de competitividad en que vivimos inmersos, y por el otro lado los requerimientos de inclusión que constituyen la legítima aspiración de cualquiera que esté dispuesto a vivir en sociedad.

Este dilema pareciera tener una solución por la vía de la regulación: acortar la jornada de trabajo en procura de mayores oportunidades de empleo, retomar políticas estatales de seguridad social; cualquiera sea, deberá fundarse en un compromiso colectivo, porque implica reducciones de las capacidades competitivas tanto de las empresas como de los países.

 

De modo que la vuelta a políticas de regulación solo serán posibles con un acuerdo internacional que ligue a los distintos actores. Pero hoy por hoy esta muy lejos de poder realizarse, es apenas una alternativa a largo plazo.

 

Este es el campo en el que cabe situar una cuestión relevante, referida a la vigencia de la democracia. Es evidente que deberá cohabitar con la globalización, lo que significa reconocer que está llamada a convivir con la llamada dinámica perversa. ¿Cuanta pobreza, cuánta exclusión es compatible con esa democracia política? En el caso latinoamericano, tal vez mas que en otros, alimentan inquietudes comprensibles; no por el miedo a un golpe de estado, sino por favorecer formas espúreas y devaluadas de aquella..

 

Este dilema produce un efecto de impotentización de la política. La existencia de una dinámica perversa que tiene por escenario al mundo sobrepasa los universos políticos locales.

En principio, no resulta fácil imaginar respuestas de fondo en un contexto de primacía del mercado sobre el estado y de vigencia de la agenda neoliberal. La supremacía del Mercado sobre el Estado produce un impacto subordinador y, aún, impotentizador de la política.

Cuando hablamos de supremacía del Mercado sobre el Estado no queremos decir otra cosa que subordinación de todas las políticas a la economía. En primer lugar esta supremacía está suponiendo una verdadera conmoción general de la sociedad, que impulsa procesos de descongelamiento, vulnerabilización y disgregación sociales, golpeando negativamente sobre los individuos y la relación de ellos entre sí, con la política y con el propio estado. Como se sabe la sociedad es el sustento de la política, es esa realidad que la hace posible, de modo que si la sociedad pierde cohesión ó capacidad para integrar a sus miembros( que es precisamente lo que caracteriza a la sociedad) el mundo de la política no puede verse menos que gravemente afectado. En segundo lugar, la primacía del Mercado sobre el Estado se refleja en esa pérdida de autoridad del Estado y adelgazamiento de la soberanía estatal, siendo posible también hablar de un achicamiento del Estado. Arena fundamental donde se desenvuelve la política, sostener que el estado se a achicado implica reconocer que también lo a hecho aquella. En tercer lugar, la confiabilidad, la estabilidad, y la competitividad que reclaman los mercados globalizados, constituyen otros tantos requerimientos prioritarios que la economía le formula al estado y la política.

Por todas estas razones ( entre las cuales la no aparición de respuestas de fondo a los desafíos de la globalización quizás sea la mas relevante) se vive hoy una tendencia hacia la impotentización de la política. No es que sea irreversible, pero pesa demasiado y en diversas maneras sobre los desarrollos en curso.

Después de la Globalización, nada es como era antes. Se transforma la economía, se metamorfosean las sociedades, cambia el estado y el mundo de la política, y se altera la esfera de las representaciones de la realidad, lo cual tiene entre otros efectos el ya visto del impacto sobre el forma de hacer y participar en política. Por otra parte simultáneamente cambian de manera sustancial la naturaleza de los problemas a enfrentar: la dimensión económica, la conflictualidad internacional, el estado, la problemática social, etc. En este marco ¿que espacio queda para el mantenimiento de las tradiciones partidarias? ¿Como es posible sostener tradiciones partidarias elaboradas en otros contextos? Es corriente hablar hoy en América Latina de la crisis de representatividad delos partidos políticos. ¿Como podría ser de otra manera? Todos los partidos históricos están obligados a redefinirse, a pronunciarse sobre los nuevos asuntos, a trabajar con sus simpatizantes y electorados desde propuestas nuevas y diferentes a sus tradicionales formas de hacerlo. O sea adecuadas a los tiempos que corren. Y, desde luego, las recomposiciones y las crisis están a la orden del día. Podemos ver un ejemplo en los casos de Argentina. México y Brasil Atravesados por dinámicas reconfiguraciones que suponen la redefinición de viejos actores, y/o el surgimiento de otros nuevos.

Si predomina el mercado sobre el estado, si la política se ha impotentizado, silos partidos históricos están obligados a redefinirse drásticamente, es natural que ocurra una crisis de representación. El problema mas grande de todo es que esta crisis de representación se combina mal con la llamada impotencia de la política: produce política-espectáculo y/o clientelismo, cuando no escepticismo, cinismo y aún incremento de la discrecionalidad de los gobernantes. Todos estos caminos conducen a la devaluación de la democracia.

El mal advenimiento de las crisis de representación con la impotentización de la política precariza los sistemas políticos de los sistemas Americanos, lo que también implica que precariza la democracia. Un problema mayor que la precarización es el clientelismo. Es una cuestión de fondo. ¿Como se logra la inclusión política de quienes están excluidos económica o socialmente por la por ahora perpetua dinámica perversa? ¿Como, en las condiciones de impotentización de la política que se ha señalado? Los problemas y dificultades de "los de abajo" son mayúsculos. Frente a la falta de alternativas, ante loa imposibilidad de siquiera conservar algo del estado de bienestar, ¿como evitar el crecimiento de el pragmatismo de "los de abajo" de cambiar favores por votos?

Otro problema mayor resultante de la precarización es el desenvolvimiento de las formas delegativas de la democracia, como consecuencia de una transición que da conclusión a un régimen autoritario, abre el camino a una segunda transición, mucho mas larga y compleja que la primera. El éxito de la segunda en cuanto a consolidación democrática, vendrá dado por la construcción y el fortalecimiento de instituciones adecuadas a aquello. es decir instituciones políticas que han fluido y controlado el juego del poder, que materialicen la división de poderes, capaces de ponerles límites a los abusos políticos. Las formas delegativas de la democracia son democracias imperfectas que no han conseguido dar el salto de la segunda transición. Pudiendo caracterizarlas de la siguiente manera: La democracia delegativas se basan en la premisa que la persona que gana la elección está autorizada a gobernar como crea conveniente, sólo restringida por la cruda realidad de las relaciones de poder y la limitación constitucional de finalización de su mandato(sic).Finalmente otro aporte significativo de la precarización de los sistemas políticos es el de la corrupción protagonizada por "los de arriba". El ajuste macro, la nuevas condiciones impuestas por la globalización, el delgado límite existente entre el éxito, y el fracaso en el mundo de los negocios, la reforma del estado, cuyas privatizaciones impulsaron negocios fabulosos, alentaron y alientan una corrupción sistémica. Esto también devalúa y precariza el sistema político.

 

En que medida pueden la democracia y la política latinoamericana, colaborar en la fractura que separa economía y sociedad? La pregunta es crucial, la respuesta será compleja. Es admisible suponer que la política será un instrumento básico para posibilitar el esbozamiento de posibles soluciones.