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El Economista de Cuba. Edición Online.
Consultado junio 10 de 2002
ARTURO PERALES SALVADOR
GLOBALIZACION Y CRISIS DEL NEOLIBERALISMO EN AMERICA LATINA
I. INTERNACIONALIZACIÓN DE LAS
RELACIONES ECONÓMICAS, GLOBALIZACIÓN, E INTEGRACIÓN ECONÓMICA.
En el mundo actual, donde el proceso de internacionalización de las
relaciones económicas, políticas y sociales se hace cada vez más complejo, se
manifiestan claramente dos fenómenos cuya comprensión es necesaria para
definir las estrategias que en el ámbito de estas relaciones internacionales
deben asumir las distintas naciones.
En primer lugar, la creciente
interdependencia entre los países ocasiona que los sucesos que se desarrollan
en un país, por distante que pudiera parecer, de alguna manera inciden y
afectan sobre el conjunto del sistema socioeconómico mundial, pudiendo ser
fuente de profundos desequilibrios, fundamentalmente en el sistema financiero
internacional, con una enorme repercusión para millones de personas que habitan
el planeta.
En segundo lugar, la interrelación de las economías, y el grado de
desarrollo alcanzado por el conjunto del sistema económico mundial, hace cada
vez más difícil que un solo país pueda desarrollarse a base del
funcionamiento de sus propias condiciones internas, cerrado a los cambios
trascendentales que ocurren en el entorno, ello implicaría intentar substraerse
del resto del sistema capitalista mundial; lo cual en última instancia pudiera
darse en condiciones de un aseguramiento del abasto de materias primas,
existencia de un cierto nivel de desarrollo tecno-industrial y un amplio mercado
interno, dichas condiciones se intentaron desarrollar en Latinoamérica a partir
del modelo de industrialización y sustitución de importaciones, que llegó a
sus límites de aplicación a mediados de la década de los ochenta
Es en este contexto que deben apreciarse los intentos de enfrentar de la
mejor manera los problemas planteados, que tienen relación directa con los
procesos de integración que en los últimos años han tenido un verdadero auge.
El proceso de integración en Latinoamérica presenta una serie de
problemas que se derivan en lo fundamental del hecho de que la mayor parte de
los países de la región presentan serias debilidades, así como la constante
de que están permeadas por la existencia de la aún poderosa economía
estadounidense que trata de imponer al proceso de integración las condiciones
que le son más favorables.
De los procesos integracionistas que se han desarrollado en Latinoamérica, el de mayor relevancia es el signado por Estados Unidos, Canadá y México (TLCAN), cuyo impacto sobre el resto del hemisferio debe tomarse en consideración, sobre todo a la vista de los resultados observados en México, donde la firma del tratado por la vía rápida aceleró la crisis que se desencadenó en este país en diciembre de 1994.
El resto de los países latinoamericanos tienen que valorar
profundamente las posibles consecuencias de los procesos de integración y
buscar otras alternativas complementarias que tiendan a eliminar sus propias
debilidades.
En el presente trabajo se destacan tres planos de análisis, en torno al
proceso de inserción de los países Latinoamericanos en la economía mundial.
En primer lugar se define el plano de la necesidad, que expresa como los
procesos de globalización e integración tienen un carácter objetivo que
define un tipo de tendencia de desarrollo capitalista al margen de que estemos o
no de acuerdo con dicho proceso y que mas temprano o tarde tendrá que derivar
en una transformación profunda del propio sistema económico.
En segundo lugar se define el plano de la realidad, en donde se expresan
las condiciones en que se encuentra la economía mundial y latinoamericana en la
actualidad, resultado de su propio desenvolvimiento histórico y de la aplicación
de esquemas y modelos que explican de alguna manera el estado actual de cosas.
Y en un tercer plano se ubica el terreno de la posibilidad, o lo que
algunos teóricos han denominado la teoría de los escenarios, donde se plantean
las posibilidades de desarrollo de América Latina, bajo ciertos supuestos o
consideraciones. Estos planos de análiisis se entrelazan en la presente
exposición, tratando de integrar una visión perspectiva en torno al desarrollo
latinoamericano.
Antes de pasar al análisis de la problemática particular en la cual se
inserta la economía de Latinoamérica en la actualidad y sus implicaciones para
la población, es conveniente hacer una breve reflexión sobre lo común, lo
diferente y las intervinculaciones de los fenómenos que se expresan con los
conceptos de globalización, internacionalización del capital e integración
económica.
El contenido de los conceptos globalización y proceso de globalización
regularmente son interpretados en acepciones diferentes. Se entiende comúnmente
como globalización la internacionalización de los procesos y la revolución en
las tecnologías y las comunicaciones. A partir del hecho innegable que en la
actualidad las economías nacionales están cada vez más estrechamente ligadas
a la economía mundial, se destaca de este proceso el factor de desarrollo de
las fuerzas productivas, el uso de los paquetes tecnológicos en distintos países
y de los adelantos de la ciencia aplicados a distintas ramas industriales tales
como: la informática, robótica, biotecnología, etc.
En esta interpretación, frecuentemente se hace abstracción de las relaciones sociales de producción en que se desenvuelven los procesos de globalización y se expresa, por tanto, una visión unilateral del fenómeno. Con estos paradigmas se pretende sustituir los conceptos de internacionalización del capital y proceso de internacionalización del capital, con el consecuente enmascaramiento de las relaciones de explotación que es portador el capital y del obstáculo que constituye el capital monopolista precisamente para lograr la globalización en aspectos tan importantes como son los logros del desarrollo de la ciencia y sus aplicaciones tecnológicas en beneficio de la humanidad.
En nuestra interpretación, el concepto globalización tiene como base
objetiva el real y enorme grado de desarrollo de las fuerzas productivas
contemporáneas, que se expresa en la Revolución Científico-Técnica y en el
nivel de la socialización de la producción que reclaman resolver las
contradicciones entre la necesaria especialización y a la vez necesaria
integración vertical y horizontal de los diferentes procesos productivos a
nivel nacional e internacional. Este desarrollo de la base material de la
sociedad requiere una readecuación de las relaciones de producción que no
limite su desenvolvimiento. Esta interpretación de los procesos de globalización
está relacionada con la necesidad de preservar la naturaleza, que ha servido de
base al desarrollo de esas fuerzas productivas, incluyendo al hombre como la
principal fuerza productiva de la sociedad.
Los conceptos internacionalización del capital y proceso de
internacionalización del capital expresan la necesidad, posibilidad y realidad
de extender la explotación capitalista, por parte de las principales potencias,
más allá de sus fronteras nacionales, de lograr la explotación económica de
unos países por otros.
Es muy conocido el resultado contradictorio del proceso de
internacionalización del capital, para una parte del mundo es desarrollo y para
la otra subdesarrollo, aunque parezca paradójico, el capital transnacional en
los países receptores contribuye a desarrollar sus fuerzas productivas y las
relaciones de producción capitalistas y, a la vez, por su naturaleza
explotadora relativamente retarda y atrofia el desarrollo de esas fuerzas
productivas, creando una estructura técnico- productiva acorde a las
necesidades de la transnacionalización del capital.
Respecto a las relaciones de producción, desarrolla una clase
capitalista muy contradictoria, una oligarquía financiera, cuyos intereses económicos
están fuertemente vinculados a los del capital transnacional lo que,
indudablemente, limita su carácter progresista y nacionalista.
La imperiosa necesidad objetiva del proceso de globalización puede
servir de base para desarrollar más aún la internacionalización del capital,
pero también los intereses de ese mismo capital monopolista constituyen un obstáculo
para los procesos de globalización en beneficio de los intereses de toda la
sociedad.
La globalización derivada del proceso de aceleración de las relaciones
económicas internacionales, el desarrollo científico técnico y la supresión
del sistema socialista mundial, ha generado nuevos escenarios para el desarrollo
nacional, por otro lado la creciente competencia en el marco internacional ha
propiciado la formación de grandes bloques económicos internacionales. La
lucha por los mercados y la competitividad de mercancías para obtener la máxima
ganancia, son los elementos fundamentales que han ocupado la atención
internacional en los países de mayor desarrollo.
Long menciona que la globalización aparentemente fomenta la uniformidad, pero realmente genera una gran diversidad en aspectos distintos de la relación social, estos cambios se presentan entrelazados: cambios en la producción, el trabajo y en la vida económica; cambios en el papel que asume el Estado, los dominios de poder variables y la aparición de nuevos movimientos sociales e identidades sociopolíticas; cambios en el conocimiento, la ciencia y la tecnología, surgimiento de nuevos movimientos sociales y organizaciones que actúan en torno a problemas muy específicos como los conservacionistas, la lucha por la salud, los productos orgánicos, etc.
En lo que se refiere a los procesos de integración económica están
interrelacionados con los fenómenos que expresan los conceptos anteriormente
analizados. La integración económica es la intervinculación de las economías
de varios países, mediante un proceso voluntario y contractual, para la
eliminación de los obstáculos a sus flujos comerciales recíprocos, movilidad
de la fuerza de trabajo y el capital, pudiendo llegar incluso a la coordinación
de sus políticas económicas y de la unidad monetaria.
El proceso de integración tiene un carácter objetivo y es resultado
del desarrollo de las fuerzas productivas de la sociedad en concordancia con el
desarrollo de la división internacional del trabajo, obedeció también en un
momento dado a factores de carácter político-ideológico como la emulación y
competencia entre países con distinto régimen social y en pugna por mostrar
las ventajas de cada sistema.
El proceso de integración es, al mismo tiempo, un proceso de
internacionalización económica. En la época contemporánea las tendencias más
importantes en el contexto de la economía mundial van orientadas a la
conformación de bloques económicos integrados a distintos niveles, que les
permitan a los países mayor competitividad y un aprovechamiento de los recursos
que disponen aquellos que están integrados, e incluso los no integrados por
mecanismos de subordinación económica que favorecen a los países con mayor
desarrollo económico.
La integración reporta ventajas a sus miembros como pueden ser un aumento en los gastos comunes orientados a la ciencia, el establecimiento de complejos industriales que de hacerlos cada país sería más complicado y encarecería los procesos tecnológicos, la movilización de recursos materiales, humanos y financieros en proporciones gigantescas, el entrelazamiento de los mercados nacionales, la liberalización del intercambio económico mutuo, un empuje acelerado de las fuerzas productivas que tiene su impacto en el desarrollo de la producción masiva al darse mejores condiciones por la mayor especialización y división del trabajo con la correspondiente disminución de los costos y economización de tiempo. Todo lo cual contribuye a un crecimiento del comercio, ampliación del mercado, estimulando la producción y una mayor afluencia de capital.
Al mismo tiempo, existen serios obstáculos a la integración como son
la existencia de barreras económicas nacionales, el proteccionismo, sobre todo
en ramas de la producción que no son competitivas, las diferencias nacionales
de estructuras de poder, los mecanismos y políticas de regulación económica,
las diferencias de idioma, costumbres, cultura, etc. cada país se ve obligado a
renunciar a algunas medidas que le son favorables, que en última instancia
implican pérdida de soberanía, como la supresión de determinadas políticas
económicas, las ramas que no son competitivas dentro de la asociación de países
se ven obligadas a desaparecer.
La integración por tanto, no implica que todo sean ventajas ni que
desaparezcan las contradicciones existentes entre los países, es decir que no
es un proceso lineal. El contenido del concepto integración económica
multinacional evoluciona desde las formas inferiores más simples hasta las
formas superiores más complejas que pueden adoptar los acuerdos interestatales.
La integración si bien es un fenómeno objetivo, tiene también su
componente subjetivo, ya que son los propios países a través de sus
gobernantes, quienes imponen los ritmos de avance del proceso, los términos en
que debe de darse este así como ciertas limitantes en los convenios.
II. CAMBIOS EN LA ECONOMÍA MUNDIAL EN LA POSGUERRA Y NUEVOS ESQUEMAS ANTE LA COMPETITIVIDAD INTERNACIONAL
La Segunda Guerra Mundial tuvo como consecuencias cambios profundos en
la vida económica, política y social mundial, entre los que cabe mencionar la
casi eliminación del sistema colonial, la destrucción del poderío económico-militar
de las principales potencias como Alemania, Japón, Inglaterra, y Francia, que
quedaron prácticamente devastadas, la transformación de los Estados Unidos de
Norteamérica en el país con el mayor poderío económico y militar a nivel
mundial y el surgimiento de un conjunto de países que pasaron a constituir el
Bloque Socialista.
Una vez superadas las consecuencias inmediatas de la guerra, se generó un ritmo acelerado de desarrollo económico que se manifestó en un repunte de las economías que habían sido afectadas; así por ejemplo, Alemania, Japón, Francia, Italia e Inglaterra no solo reanudaron su papel como exportadores de capital, sino que ampliaron considerablemente su papel en los mercados de capital.
A partir de la postguerra se conforman tres centros capitalistas de poder económico internacional: los países de Europa Occidental, el Japón y los países de la Cuenca del Pacífico, y Norteamérica. Cabe destacar que si bien algunos de ellos, como Japón y los países europeos, fueron afectados por la guerra, aprovecharon el flujo de capitales proveniente de los Estados Unidos y la fuerza de trabajo calificada que ya poseían, así como el hecho de no haber orientado su economía a la industria bélica, lo que les permitió una vertiginosa recuperación económica. Puede observarse que en pocos años pasaron de países dependientes de la producción de Estados Unidos a ser nuevamente exportadores de mercancías como se muestra a continuación:
Producción realizada en
mercados exteriores (%)
PAIS/AÑO |
1960 |
1970 |
Estados Unidos de Norteamérica Comunidad Económica Europea Japón |
11.6 3.3 2.5 |
21.0 57.8 31.5 |
Fuente: Main Economic Indicators, July 1977.MonthlyBulletin of
STATISTICS, September 1977.
En la postguerra se desarrolló considerablemente el proceso de integración, tanto de los países capitalistas como socialistas. En principio, dos tipos de agrupaciones tuvieron relevancia: la conformada por los países socialistas a través del Consejo de Ayuda Mutua Económica (CAME) en el año de 1949 y la más importante agrupación de países integrada hasta hoy que es la Unión Europea (CEE) fundada en el año 1957.
Con el fin de la guerra fría se suscitaron modificaciones
trascendentales en el orden económico mundial de los cuales podemos mencionar
como los más importantes los siguientes:
La desintegración del sistema socialista.
El fortalecimiento de los bloques comerciales.
El intento de los Estados Unidos de conformar un mundo unipolar bajo su égida,
El deterioro de las economías de los países en vías de desarrollo a partir de la implementación del modelo neoliberal en la mayoría de ellos y,
Los efectos de la revolución científico-técnica.
Quizá podamos decir sin temor a equivocación que el proceso de
desintegración del sistema socialista a fines de la década de los ochenta sea
el fenómeno más importante ocurrido en el mundo contemporáneo, las
consecuencias de ese proceso aun están por definirse completamente, lo cierto
es que ello ha impactado el conjunto de los fenómenos socioeconómicos a nivel
mundial; para el caso específico de América Latina, ello explica en gran
medida la justificación de la aplicación a ultranza del modelo neoliberal con
las consecuencias que en su momento habremos de explicar.
En la órbita socialista antes de 1989 se ubicaba un cuarto de la
población mundial y un tercio de la superficie terráquea, su influencia se hacía
sentir en una gran cantidad de países en vías de desarrollo tanto en Asia,
Africa como América Latina y representaba un contrapeso de consideración
respecto a los países desarrollados en sus afanes expansionistas.
No obstante su influencia político-ideológica a nivel mundial; el
socialismo se transformó paulatinamente en un "gigante con pies de
barro", es decir que hoy es comúnmente aceptado que la sociedad socialista
tenía una serie de problemas de carácter interno que fueron minando su
estructura.
Comúnmente se nos presentaba al socialismo como una sociedad exenta de
contradicciones fundamentales, una sociedad armónica donde se le daba prioridad
al desarrollo del hombre, en donde el consumismo propio de las sociedades
capitalistas estaba desterrado, y donde prevalecía la democracia más avanzada.
La realidad demostró que mucho de ello no era más que un mito, no obstante que
el mundo deberá reconocer en su momento, despojado de todo prejuicio que sí
hubo aportes substanciales en todos los órdenes por este sistema. Desde nuestro
punto de vista la causa fundamental que llevó al desmembramiento del sistema
socialista, no fue la falta de democracia, como algunos teóricos pretenden
demostrar, sino algo más prosaico, es decir lo relacionado con los
satisfactores materiales de la sociedad.
A partir de la década de los sesenta el sistema socialista en su
conjunto entró en una fase de estancamiento de la producción en comparación
con los niveles de los países capitalistas y específicamente disminución de
la productividad sobre todo en aquellas ramas productoras de bienes de consumo,
los productos generados en los países socialistas, si bien tenían un carácter
duradero, carecían de la calidad respecto a los producidos en los países
capitalistas, así como de su variedad y presentación, por ejemplo cuando en el
capitalismo ya prácticamente estaba en desuso el televisor en blanco y negro,
en los países socialistas aun se seguían produciendo, es decir que los países
socialistas perdieron en la carrera de la incorporación de los adelantos científico-técnicos
a la producción y se quedaron en la fase del incremento de la producción de
medios de producción, dejando de lado los satisfactores de los bienes de
consumo que en los países capitalistas se producían masivamente, de allí por
ejemplo no resulta casual que en las primeras manifestaciones antes de la caída
del muro de Berlín la población no pidiese más democracia sino la posibilidad
de comprar plátanos todo el año o un Walkman; es decir que en síntesis la
gente no quería la desaparición del socialismo, sino un socialismo con las
ventajas del capitalismo, pero exento de sus contradicciones, así la población
"vendió su alma la diablo", optó por la vía capitalista con todas
las ventajas y desventajas que esto le pudiera reportar.
Otro fenómeno de no menor importancia que se consolida a fines de la década
de los ochenta son los denominados procesos de integración económica, de los
cuales el mas avanzado sin duda alguna es el de la Unión Europea, que se inició
a partir del año de 1952 con la creación de la Comunidad Europea del Carbón y
del Acero, sus objetivos han sido el de tener un contrapeso a los afanes de
penetración de capitales externos fundamentalmente estadounidenses y japoneses.
Creada en un principio por seis estados devastados por la guerra la Comunidad se
fue convirtiendo paulatinamente en un importante interlocutor mundial que
representa 345 millones de habitantes, en donde los bienes, servicios personas y
capitales se mueven libremente como si se tratara de una única nación, es
previsible la integración en un futuro no lejano de una buena parte de los países
de Europa oriental y de algunas repúblicas de la Ex Unión Soviética, así
como de los países del mediterráneo.
Actualmente la UE realiza el 38% de los intercambios comerciales
mundiales, frente al 11% de los Estados Unidos y el 9% de Japón, lo que da una
idea de la importancia de su intervención en el comercio mundial. Algunos otros
indicadores nos muestran la situación actual de la Unión Europea respecto del
resto del mundo, así en los últimos tres años la comunidad en su conjunto ha
tenido un crecimiento sostenido de su PIB por encima del 2% anual, el
crecimiento de sus importaciones ha sido en el mismo lapso superior al 3% anual,
el nivel de la inflación ha estado por debajo de los cuatro puntos, una balanza
de cuenta corriente equilibrada y quizá el indicador que refleja su mayor
problema sea el de la tasa de desempleo, puesto que aun cuando anualmente crece
el empleo en un 1%, la tasa de desempleo se ha incrementado hasta niveles
superiores al 10% en 1995.
El proceso de integración de la Unión Europea enfrenta el reto de ser
competitivo en relación con EL Japón, la asociación de países de la Cuenca
del Pacífico y los integrados en el TLCAN. La lucha por el control del mercado
mundial en una época donde lo que predomina es el denominado proceso de
globalización se hace cada vez mas intensa, no obstante en este proceso la Unión
Europea tiene una serie de ventajas que orillaron a sus competidores a tomar
medidas que a su vez pudieran hacerle un mayor contrapeso al desarrollo de la
Unión Europea, es en este contexto que debe entenderse el proceso de conformación
del TLCAN.
En este acelerado proceso de cambio y ajuste de centros hegemónicos
económicos y políticos del mundo, destaca también la participación del Japón.
La economía japonesa se ha caracterizado como la más dinámica de las últimas
décadas, Japón se destacó en la economía mundial al alcanzar índices de
crecimiento de dos dígitos durante los sesenta y la formación de una industria
de calidad internacional durante los setenta, a pesar de su enorme dependencia
en energéticos respecto de terceros países, el Japón logró un ajuste
admirable respecto de las dos conmociones petroleras en la década de los
setenta, eludiendo también las recesiones mundiales del 82 y el 86, se ajustó
a la casi duplicación del yen con respecto al dólar pasando con celeridad del
crecimiento dirigido a las exportaciones de principios de la década de los
ochenta a una expansión interna cuyos resultados son un rápido crecimiento a
pesar de la declinación de su balanza comercial en términos reales Japón se
fue convirtiendo en el mayor acreedor del mundo, en 1988 se tenía una proyección
de valores netos en el exterior de más de 300,000 millones de dólares, mayor
en términos reales de la que nunca tuvo Estados Unidos, su ingreso per cápita
es mayor que el de este último país, sus instituciones financieras, sus
empresas manufactureras y su tecnología son líderes mundiales en muchos
sectores, con permanentes ritmos de crecimiento de su PIB, con la tasa de
desempleo más baja del conjunto de países desarrollados, con un alto nivel de
productividad del trabajo y con un superávit permanente tanto de su balanza
comercial como la de capitales. Japón es sin duda el mayor contrapeso a la Unión
Europea y los Estados Unidos, aun cuando después de 1991 empezó a declinar su
economía hasta tener crecimiento negativo en el año de 1993, a pesar de sus
puntos fuertes su economía posee algunas debilidades, es decir que sigue
dependiendo casi por completo de las importaciones de energéticos, otras
materias primas y la mayor parte de sus alimentos, su tamaño en extensión
geográfica y la lejanía de sus principales socios comerciales también
constituyen desventajas relativas. finalmente la carencia de poder militar también
debilita su influencia mundial.
Estados Unidos se encuentra en la disyuntiva de fomentar una economía
mas competitiva a nivel tanto interno como internacional o perder su papel hegemónico
en las relaciones económicas a nivel mundial, el enorme poder que emana de la
atracción de su mercado y de la función del dólar puede utilizarlo quizá con
más fortuna como medio de fortalecimiento de su economía más que como amenaza
en un ambiente distinto hacia el resto del mundo y no en una situación de vacío
institucional y en un ambiente hostil generado por sus acciones unilaterales,
poniendo en orden la casa a través de controlar su enorme déficit
presupuestario, evitando medidas proteccionistas que cierren sus mercados y
disminuyendo las onerosas condiciones de su sistema financiero.
La pérdida de competitividad con respecto de otras zonas económicas en
el mundo ha obligado a los estadounidenses a definir nuevas estrategias, así es
como se plantea la denominada Iniciativa de las Américas, hacer de América un
gigantesco mercado común, para lo cual los primeros pasos son la conformación
del TLCAN y la integración paulatina del resto de los países del hemisferio,
pero América Latina no es Europa, los desniveles en el desarrollo de los países
latinoamericanos son mayores, lo mismo que su inestabilidad y fragilidad económica-comercial,
así si bien los 4 grandes de América Latina: México, Brasil; Chile y
Venezuela, pudieran permitir una ampliación considerable del mercado interno,
el resto de los países del área ni resulta competitivo ni tiene capacidad
potencial para transformarse en una economía que pueda ser exitosa ante otros
bloques comerciales, para Estados Unidos no obstante, la estrategia a
implementar es vital para su economía, requiere necesariamente de mantener e
incrementar sus niveles de productividad, mantener su tradicional mercado
Latinoamericano y su proveedor de materias primas en tanto que por otro lado
disminuir su déficit fiscal y tener una posición mas competitiva con el resto
de los países desarrollados en el mundo.
Quizá pueda mencionarse que el problema más drástico que tiene en la
Actualidad Estados Unidos, sea el problema financiero resultado de la
internacionalización de los mercados financieros, se calcula que un promedio de
420,000 millones de dólares cruzaban diariamente los mercados cambiarios en
1997, de los cuales más del 90% no tenían relación con el comercio ni con la
inversión.
Este crecimiento generalizado de la interdependencia mercantil hace cada
vez más difícil para cualquier país evitar impactos externos sustanciales en
su economía. en particular los flujos masivos de capital pueden alejar los
tipos de cambio de los niveles que reflejarían con exactitud las relaciones
competitivas entre los países si las políticas o el funcionamiento de la
economía nacional divergen a corto plazo. los países más pequeños y abiertos
(como holanda y suiza) abandonaron ya hace mucho tiempo la ilusión de la
autonomía de las políticas internas. pero incluso las economías mas grandes
que presentan mayor apariencia de autosuficiencia, incluyendo a Estados Unidos,
se ven ahora afectadas de manera significativa por la economía internacional.
Es cierto que la mayoría de los países intentan resistirse a las
presiones externas, así el aumento de la interdependencia económica amplía
los esfuerzos por substraerse las redes de la economía mundial, los países
pueden tener incluso éxitos durante un tiempo, así por ejemplo Estados Unidos
exportó parte de su presión inflacionaria en 82, 83 por medio de la aguda alza
del dolar, también se benefició en la misma época del incremento en las tasas
de interés que aceleraron la crisis de la deuda del resto del mundo, la aguda
caída de los préstamos extranjeros para las naciones fuertemente endeudadas
ocurrida después de 1982, les exigió a estos países incrementar sus
excedentes comerciales en conjunto por un monto de casi 50,000 millones de dólares
para seguir pagando los servicios de sus obligaciones externas, esto hizo que la
presión sobre la economía de los Estados Unidos se disminuyera y que se
quedaran en el país los capitales que antes se exportaban.
De cualquier forma Estados Unidos se convirtieron en el país mas
endeudado del mundo, si en 1983 era el mayor acreedor en solo tres años se
convirtió en el mayor deudor, ya para 1988 su deuda neta era de 500,000
millones de dólares, este es otro de los retos que tenía que enfrentar Estados
Unidos y que lo obligaban a modificar su esquema de inserción en la economía
mundial, es decir fuerte competencia con los otros bloques económicos,
debilidad interna a causa de la deuda, su enorme déficit fiscal y el riesgo de
perder su influencia en su denominado "patio trasero".
La situación en América Latina era sumamente difícil en la década de
los ochenta, la crisis de la deuda había tenido un impacto durísimo para la
mayoría de sus economías, y se daba por agotado el modelo de substitución de
las importaciones, así no fue difícil para los Estados Unidos imponer las
nuevas condiciones, es decir con la presión del endeudamiento se impusieron las
políticas de ajuste, adelgazamiento del estado y liberalización de los
mercados en la óptica neoliberal instrumentada a través de los organismos
financieros internacionales.
Finalmente, un fenómeno que no puede dejar de mencionarse en la
modificación del escenario económico mundial es la revolución científico técnica
que ha generado profundas modificaciones en la base tecnológica del sistema.
Las últimas décadas han sido testigos de verdaderas revoluciones en campos
tales como la microelectrónica,, la biotecnología, los medios de transporte,
la computación, las telecomunicaciones, etc., este cambio tecnológico incide
directamente en el incremento de la competencia y desarrolla el proceso de
ampliación de las relaciones económicas internacionales (globalización), se
aceleran los procesos productivos, se disminuye el ciclo de vida de lo
productos, se minimizan los problemas derivados de las grandes distancias por el
traslado de mercancías, se modifican las formas de gestión y dirección
empresarial y con ello los gastos en investigación y desarrollo, es decir la
sobrevivencia del capital se asocia al acceso en el uso de nuevas tecnologías.
Quizá el impacto mayor del proceso de desarrollo tecnocientífico lo encontremos a nivel de las finanzas ya que la computarización y el desarrollo de la informática ha tenido un enorme impacto en el desarrollo de las bolsas de valores y el capital ficticio. Sin duda alguna no puede analizarse la situación económica de un país sin referirse a este fenómeno.
III. GLOBALIZACIÓN Y NEOLIBERALISMO
La crisis de 1982, que afectó profundamente la economía
Latinoamericana, significó entre otras cosas el cambio del modelo económico,
dejando la orientación del desarrollo hacia adentro, hacia un proceso de
creciente apertura comercial, sustentado en un aparente nuevo paradigma: el
neoliberalismo, en el presente apartado se definirá su contenido así como los
principales elementos de su aplicación a partir de mediados de la década de
los ochenta.
Los profundos cambios que se han dado en la economía mundial (vid
supra), son fenómenos que han incidido en el desarrollo de Latinoamérica.
Estos cambios en el contexto internacional repercuten directamente en la economía,
por lo que se hace necesario, realizar una serie de adecuaciones y
transformaciones que permitan enfrentar la creciente competitividad y
posibiliten una mayor ampliación y diversificación de los mercados que al
mismo tiempo disminuyan los efectos sociales que han sido devastadores para la
población en lo referente a la disminución en el nivel de ingresos, el empleo,
y aumento en la pobreza y la marginación.
De una economía cerrada y regulada donde el Estado tenía un papel fundamental, a una economía abierta en donde la asignación de los recursos es una función de los mercados y no de las decisiones del gobierno, es el esquema general bajo el cual América Latina se encuentra actualmente en franco proceso de implementación de un modelo neoliberal, que al propio tiempo ha mostrado su agotamiento para resolver los graves problemas económicos y sociales que se viven actualmente dentro de los marcos del capitalismo.
En el proceso de desarrollo de los países latinoamericanos, se han
visto rompimientos, guerras y contradicciones derivadas de las continuas pugnas
por el poder, y de la intromisión de intereses externos, las mas de las veces
de los estadounidenses, no obstante ello, existen condiciones objetivas que
derivan del propio proceso histórico que definen posibilidades reales de una
integración que les permita a estos países enfrentar de mejor manera los retos
que impone el actual proceso de globalización de cara a un futuro inmediato. De
lo anterior se desprende que se tratará de definir cuales son esos criterios
que son comunes y de los resultados de los intentos de integración que se han
gestado en América latina a partir de estos elementos.
Se destaca como fundamental el hecho de que la esencia de la
reestructuración global es precisamente la diferenciación; al percibir la
globalización como la subordinación de espacios históricamente desiguales a
las fuerzas competitivas globales, en un contexto en que los sistemas
regulatorios nacionales han sido erosionados, generando aún mayores rupturas
económicas y sociales, el proceso tenderá a manifestarse precisamente en una
gran variedad de respuestas.
La Cuenca del Pacífico y la Unión Europea como dos grandes bloques de
unificación y penetración económica mundial, han afectado la hegemonía y la
influencia comercial de los Estados Unidos de Norteamérica sobre el resto del
mundo, y específicamente se pone en riesgo su influencia en los países de América
Latina, de allí el interés por llevar adelante su proyecto de una integración
americana conocida como Iniciativa de las Américas.
Además de las características mundiales de la economía, las presiones
del fondo monetario internacional hacia las economías de países
subdesarrollados con elevada deuda externa, han sido los factores externos
principales que han obligado a los países a adoptar el modelo de economía
abierta, y por el otro lado a la búsqueda de condiciones más favorables para
el fomento de las actividades de exportación. Es en este contexto que se ubica
el proceso de integración iniciado con el Tratado de Libre Comercio de América
del Norte signado entre los Estados Unidos, Canadá y México (TLCAN), así como
los otros procesos de integración que se están desarrollando en América
Latina.
Magda Fritcher señala que el tema de la agricultura en el interior de
las discusiones de la Ronda Uruguay del GATT fue el más polémico y que dividió
a la comunidad económica europea. El tema controvertido era la sobreprotección
que daban los países más desarrollados a su sector agrícola como estrategia
de seguridad alimentaria, lo cual contravenía las normas y principios del GATT,
pero dicha estrategia encontró sus propios límites con la sobreproducción y
la baja de los precios internacionales. La incorporación tardía de la
agricultura a la integración y globalización, trae consigo cuestiones no
resueltas tales como si es posible que la agricultura se rija por el mercado, si
es factible la especialización, si una zonas producirán los bienes necesarios
mientras otras permanezcan ociosas, y que pasará si algunos países delegan en
otros la producción de sus propios alimentos. Todo ello, indica un escenario
difícil frente a la meta liberalizadora, ya que ésta entraña cambios
estructurales abruptos que alteran profundamente los equilibrios sociales de países
y regiones.
Por otro lado, el mantenimiento de las actuales políticas es ya
inviable dado que exige de los países una transferencia de recursos formidable,
genera excedentes y distorsiona el mercado. Y las medidas y estrategias
adoptadas han sido distintas entre países industrializados y los
subdesarrollados, específicamente tratamos los latinoamericanos. En los
primeros se ha procurado la seguridad alimentaria, la protección y el subsidio
a través de diversos mecanismos, mientras que para los países
latinoamericanos, la prioridad alimentaria se ha venido perdiendo debido a
circunstancias de carácter interno y externo.
La banca internacional exigió de los países, como condición para
reanudar el financiamiento, la progresiva implantación de economías libres de
intervención estatal, la derogación de subsidios, la privatización de los
mercados, etc., una serie de políticas que en su conjunto definieron el
denominado modelo neoliberal, que la tecnocracia justifica en términos de la
modernidad y la vía por la cual América Latina podría integrarse acorde a las
exigencias del mercado mundial.
Es cierto que se generaron condiciones internas para adoptar este nuevo
esquema de desarrollo económico en América Latina, dentro de las que destacan
el agotamiento del modelo económico por sustitución de importaciones, bajos
niveles de productividad y competitividad, una planta industrial obsoleta en
algunos rubros pero con potencialidades de incrementar su mercado externo por
otro, condiciones sociopolíticas no maduras que permitieron bloquear las
iniciativas de gobiernos con del modelo adoptado, fundamentalmente.
La implantación del modelo neoliberal, debe entenderse entonces en el
contexto de la transformación de las relaciones económicas internacionales,
que a su vez dictan cambios y transformaciones en la política interna y en la
estructura económica de los países.
La ideología del Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial y las Empresas Transnacionales, encubre un proyecto político específico y éste busca un determinado reordenamiento económico estructural adecuado y coherente con tal proyecto y los intereses sociales que lo sustentan, dicha ideología se asienta en los principios walrasianos de que: la economía capitalista tiende espontáneamente a una situación de equilibrio estable; tal equilibrio se corresponde con una plena utilización de los recursos productivos; y la asignación de los recursos es óptima y, por lo tanto, da lugar a la maximización del dividendo social. Estos principios se traducen en la propuesta de liberación económica. Es decir, la asignación económica de los recursos, según tal ideología, debe ser la resultante de la operación espontánea de las fuerzas del mercado. Pero esto en el fondo tiene un fuerte intervencionismo y protección, de tal forma que la espontaneidad del mercado es aparente.
La regulación del mercado puede darse bajo los principios de la
intervención estatal y la planificación corporativa u oligopólica. La ideología
neoliberal cuestiona estos dos principios de regulación como distorsionadores y
propiciadores de ineficiencia económica, aunque es mucho más fuerte y explícita
con relación al intervencionismo estatal; como la operación espontánea del
mercado estimula la diferenciación económica, el afán de liberalización no
puede sino contribuir al proceso de oligopolización. La preferencia por el
intervencionismo oligopólico respecto al estatal es también reveladora del
partidismo militante y de los escasos afanes democráticos del monetarismo.
Las prescripciones neoliberales más gruesas están formuladas en el
campo del discurso económico y se orientan a restituir el papel rector del
mercado sobre la sociedad, mediante la reducción del gasto público; las políticas
monetarias restrictivas, en particular el crédito; las reducciones salariales;
el desmantelamiento del llamado Estado benefactor; y la privatización de
empresas y ámbitos estatales. Estas medidas corresponden a la desregulación
estatal y la apertura a fondo de los mercados.
Valenzuela esboza cinco hipótesis básicas en torno al modelo
neoliberal y la injerencia de los organismos financieros internacionales: a) las
políticas auspiciadas por el FMI, tienen también alcances estructurales y de
largo plazo; b) el diseño estratégico implícito recubre un proyecto de
reordenamiento social más amplio; es decir, estamos en presencia de un proyecto
político y del correspondiente juego de intereses sociales que lo impulsan; c)
en tal proyecto, más allá de las declaraciones líricas a favor de la libre
competencia, se privilegia la centralidad de la regulación oligopólica; d) el
intento de impulsar y consolidar tal proyecto, por lo menos en América Latina,
ha provocado usualmente el desahucio de las normas del juego político democrático
y del consenso relativo que le es inherente. Es decir, ha propiciado la
emergencia de regímenes autoritarios; e) el proyecto o "paquete
neoliberal" impulsado por el FMI, está fuertemente asociado al plano de
recuperación hegemónica y de reestructuración global impulsado por los
sectores dominantes de estados Unidos.
El neoliberalismo tiene sus orígenes en las concepciones del
liberalismo generado desde la época del desarrollo manufacturero en Inglaterra
hasta los años de la crisis de 1929-1933, es decir, desde que Adam Smith expone
sistemáticamente las ideas liberales a mediados del siglo XVIII, hasta que
Keynes arremete abiertamente contra ellas
Los Estados capitalistas basaron su política económica en las teorías
liberales dejando a las leyes del mercado la regulación del sistema económico.
El liberalismo constituye diferentes conceptos formulados por distintas
corrientes teóricas las cuales se pueden resumir en la justificación, para
Adam Smith, de que no es necesaria la intervención estatal en la economía; la
concepción de que el sistema capitalista puede alcanzar en forma espontánea el
equilibrio (ley de Say); y el fundamento que expresa que las relaciones económicas
entre diferentes países debe regirse en el principio de las denominadas
ventajas comparativas según David Ricardo.
La consolidación del Capitalismo Monopolista de Estado significó el
inicio de la debacle de las ideas liberales, la crisis de 1929-1933 marcó su
hundimiento. El reflejo teórico de estos acontecimientos se manifestó con el
surgimiento del keynesianismo, que partía de reconocer la necesidad de la
participación estatal en la economía, lograr el pleno empleo, conseguir el
efecto multiplicador en la economía sobre la base de incidir en la propensión
marginal tanto al consumo como a la inversión y controlar la tasa de interés
para mantener equilibrados los factores macroeconómicos. Estas nuevas ideas
configuraron el sustento de la política económica aplicada en la mayor parte
de los países capitalistas, con variantes como en el caso de los países
latinoamericanos que optaron por las concepciones de la CEPAL, es decir, el
modelo de las economías mixtas tendientes a lograr la industrialización por
medio de la substitución de importaciones que prácticamente se aplicó en el
periodo de la posguerra hasta la crisis de 1982.
El neoliberalismo se deriva de un conjunto de teorías que surgen en la
fase actual del desarrollo de la denominada economía de mercado, utiliza los
postulados fundamentales del liberalismo económico para explicar los problemas
de la economía capitalista argumentando posibles soluciones, destaca y exalta
el papel de la propiedad privada y del empresario en la vida económica de la
sociedad, le adjudica una enorme importancia a los precios como mecanismo de
regulación del mercado, y es precisamente el mercado la instancia para la
distribución y asignación de los recursos.
Para los teóricos del neoliberalismo, el Estado es el principal
causante de las irregularidades que se presentan en la economía, aunque al
mismo tiempo reconocen su necesidad en la determinación de algunas políticas y
mecanismos de control. Establecen una severa crítica al Estado benefactor,
aludiendo a que es culpable del fracaso de los proyectos económicos, por tal
razón, es necesario reducir su papel y dejar que la denominada iniciativa
privada retome la actividad económica en los sectores que el poder político no
supo o no pudo administrar.
A partir de la década de los setenta del presente siglo, el
neoliberalismo comenzó a tomar preponderancia entre las concepciones teóricas
de análisis de la economía y su instrumentación a través de la política
económica, nutriéndose adicionalmente de las tesis monetaristas, este es el
sustento del tatcherismo y de la denominada reaganomics.
A partir de la crisis de 1982, este
modelo económico empezó a instrumentarse en América Latina, se inició la
apertura a los mercados internacionales, se dio marcha atrás al proceso de
nacionalización y se inició el proceso de desincorporación de las empresas
paraestatales, y donde mayor aplicación tuvo fue en el periodo 1988-1994.
V. LOS ESTADOS UNIDOS ANTE EL PROCESO DE INTEGRACIÓN EN AMÉRICA LATINA
(CASO DE MEXICO).
A nivel internacional Durante los años ochenta tuvo lugar un proceso de restauración capitalista y redefinición de los espacios económicos internacionales, que aún está en marcha, como expresión de los cambios en todos los ámbitos de la economía mundial
En el plano del comercio internacional, las nuevas estrategias
productivas de las empresas transnacionales (ET), se tradujeron en un incremento
de las contradicciones entre países.; en tanto las transformaciones e
incertidumbres que hoy se viven a nivel global, inciden de manera intensa sobre
la economía, la política nacional e internacional y sobre la sociedad en
general de cualquier país.
Se parte del reconocimiento de la pérdida relativa del liderazgo económico
de los EUA a escala mundial, lo cual obliga a los formuladores de política
estadounidense a diseñar una nueva estrategia para enfrentar los retos que se
avecinan, con el objetivo de sostener su posición, en un contexto donde los
asuntos económicos adquieren cada vez mayor importancia en las relaciones
internacionales.
Los renovados esfuerzos de EUA en pro de la "continentalización"
se evidenciaron con gran fuerza en la década de los ochenta a raíz de la firma
de un acuerdo de libre comercio (ALC) con Canadá, en las negociaciones para el
establecimiento de un tratado de libre comercio (TLCAN) con México, y en el
lanzamiento de la llamada Iniciativa para las Américas. Estos son signos de un
aviso, en el corto plazo, de que EUA se ha estado preparando, ante el
fortalecimiento del resto de los bloques comerciales y a las incertidumbres en
el sistema de comercio internacional.
El interés de Canadá en la concreción de este proyecto continental no
podría en ningún modo perderse de vista. Bastaría sólo mencionar que el
decenio de los ochenta enfrentó a este país con una nueva realidad, en tanto
se encontraba ante el grave riesgo de ser una de las naciones perdedoras del
proceso de reconfiguración geoeconómica del mundo.
Esta postura de liberalización del comercio en el hemisferio occidental
guarda estrecha relación con la preparación de las condiciones estratégicas
para ampliar su influencia en la economía mundial ante las tendencias
internacionales de agudización de la competencia económica entre bloques
regionales y la posibilidad de que se intensifiquen los conflictos comerciales
entre éstos.
El fortalecimiento de la Unión Europea y la creciente y amenazante
competitividad de Japón como líder inobjetable en la zona asiática, junto a
la escasa eficiencia aún mostrada por la naciente OMC han llevado a EUA a un
cambio en su política de comercio exterior y a rediseñar el lugar y papel de
América Latina y el Caribe, como espacio natural para la formación de un
bloque económico que sirva de contrapartida a la Europa Unificada y al Pacífico
Asiático; específicamente al papel de Japón en la región.
Los EUA necesitan recuperar el espacio económico perdido a escala
mundial y fortalecer sus vínculos con zonas donde sus posibilidades de progreso
parecen ser más efectivas. Es precisamente el hemisferio occidental la región
que le brinda mayor probabilidad a este país de aumentar sus exportaciones,
incrementar su competitividad y lograr una mayor presencia de sus empresas
transnacionales.
En esa perspectiva se ubica el interés estadounidense por ampliar un
mercado común en América del Norte, que tiene a Canadá y México como
principales socios. El TLCAN entre estos tres países sería sólo el primer
paso de un objetivo más amplio: el afianzamiento de su dominio en el hemisferio
occidental, mediante la creación de una zona hemisférica exenta de
restricciones que rebasan el estricto límite comercial.
Las principales consecuencias de la apertura indiscriminada que hizo México
de su mercado ante Estados Unidos y Canadá pueden vislumbrarse ya, es decir,
que la entrada sin ningún obstáculo de la inversión extranjera, sobre todo la
de corto plazo, aceleró la crisis mexicana que se desató en diciembre de 1994,
y cuyos resultados se manifestaron en 1995, con la crisis mas severa de la
historia de México.
En el 95, la economía mexicana decreció 7%, con una inflación
oficialmente estimada de 58%, tasa de desempleo superior al 6%, y desempleo
encubierto por arriba del 20% según el Instituto Nacional de Estadística,
Geografía e Informática (INEGI).
Los efectos de la aplicación a ultranza del modelo neoliberal han sido
desastrosos para América Latina, por ejemplo para el caso de México, su deuda
externa es ahora una de las mayores del mundo, cuyo monto aproximado es de 160
mil millones de dólares, con una economía frágilmente estructurada y con el
interés estadounidense de apropiarse de lo que aun queda del país como lo es
la industria energética, ferrocarriles y electricidad, las presiones son
constantes y las acciones para aprovechar solo en su beneficio los acuerdos del
TLCAN, son el pan de cada día, en cuanto a los efectos sobre la población,
baste mencionar que el salario real en 1998 se encuentra en el nivel mas bajo de
las últimas tres décadas, 60% inferior al que se tenía en 1965 y la quinta
parte de la población ocupada percibe menos del salario mínimo, al respecto es
Leon Bendesky en su libro "México de la euforia al sacrificio"
escribe que "el deterioro de los ingresos salariales constituye uno de los
indicadores mas fehacientes de los efectos de la crisis económica de larga
duración que afecta al país desde principios de los años 80".
En este marco de referencia México busca de manera prioritaria otras
opciones de relaciones comerciales con el mundo, así en el año 96, ha tenido
acercamientos más concretos con la Unión Europea, con los países
sudamericanos y a partir de los encuentros de Tuxtla Gutiérrez II, el inicio de
negociaciones con Centroamérica a fin de ampliar el acuerdo bilateral sobre
comercio suscrito con Costa Rica.
En cuanto al TLCAN, la incorporación del sector agropecuario fue un
tema muy polémico en el proceso de negociación y acuerdos, sin embargo la
resistencia de las diferentes organizaciones, académicos, sociedad civil,
productores y demás, no fueron suficientes para evitar los graves riesgos a que
el Estado condujo con la firma del tratado particularmente en las áreas
productivas del sector rural más vulnerables como son granos básicos,
oleaginosas y productos pecuarios, a cambio de la demanda estadounidense que se
limita a café y productos hortofrutícolas. Las diferencias abismales entre la
agricultura de México, y la de sus socios comerciales, principalmente la de los
Estados Unidos, permite asegurar en un futuro próximo una mayor dependencia
alimentaria de México por diferencias en condiciones para la producción desde
el punto de vista natural, tecnológico y de políticas de fomento.
Uno de los rasgos en definitiva muy cuestionable con la firma del
tratado es que ningún producto quedó excluido, permaneciendo los márgenes de
protección muy por debajo de los negociados en el GATT. Los Estados Unidos y
Canadá mantienen una estructura de subsidios mientras que México ya la
desmanteló o está en vías de erradicarlos. Según la Ronda Uruguay, México
no estaba comprometido a efectuar un gran cambio en la política agrícola y
tendría un mayor margen de autonomía en el manejo de su agricultura. Con el
TLCAN, México se involucró en una ruta ambiciosa y suicida. Siendo un país
sin nivel alguno de competitividad se abrió totalmente y se lanzó a una
batalla comercial, sin armas, en un mundo estructurado en torno a la protección
y a los subsidios. El caso por ejemplo del maíz y frijol, con plazos a 15 años
y con aranceles de 215 y 139 % respectivamente, son dos productos de primera
necesidad para la alimentación del pueblo mexicano que ocupan casi la mitad de
la superficie total sembrada y que se dedican a su cultivo cerca de 2.5 millones
de familias en el campo; es realmente irracional una negociación en estos
cultivos que inevitablemente tendrá efectos multiplicadores de manera negativa.
Es evidente que por mas esfuerzos que se realicen para incrementar los niveles
de productividad, no se vislumbra alcanzar un momento de competitividad al término
de la desgravación del arancel.
En el TLCAN se estableció un programa de desgravación acelerado de los
productos agropecuarios que en función de los tipos de agricultura, productores
y regiones está teniendo un impacto diferenciado. Dentro del marco de una política
de corte neoliberal, también se lleva a cabo un proceso de reforma emprendido
en el campo a partir de 1989 donde la presencia del estado ha sido fundamental
bajo premisas de intervención y participación muy claras.
La apertura de las fronteras ha repercutido también de manera
significativa en diferentes campos de la economía. En primer lugar porque México
redujo enormemente los aranceles para la importación en un plazo extremadamente
corto y de manera unilateral, lo que colocó a los productores exportadores
norteamericanos en condiciones de mayor ventaja; en segundo, porque la entrada
masiva de productos agropecuarios sin ningún control tuvo consecuencias en los
precios nacionales presionándolos a la baja. A lo largo y ancho del país se ha
manifestado el descontento por esta situación
El proceso de reestructuración de la economía mexicana a partir de la
aplicación del modelo neoliberal, había conseguido una estabilización
macroeconómica, la integración de México al TLCAN y la incorporación al club
de países ricos OCDE, no obstante los costos habían sido mayúsculos para el
grueso de la sociedad, así se había agudizado la polarización de las clases
sociales, mientras que un grupo no mayor de 300 familias detentaba todo el poder
político y económico, más de 20 millones de mexicanos se encontraban en la
pobreza absoluta, lo cual representaba un foco latente para la manifestación
del descontento social.
Ante el proceso de apertura comercial unilateral de México, muchos
empresarios están resistiendo la fuerte competencia del exterior, las pequeñas
y medianas empresas están siendo desplazadas del propio mercado mexicano. Parte
de este capital, todavía en montos insignificantes, se está dirigiendo al
extranjero, fundamentalmente hacia Centroamérica y en menor grado hacia Cuba y
algunos países sudamericanos.
Hubert Carton y Héctor Tejera mencionan que la política neoliberal
impulsada en la última década, sigue presentando muchas incógnitas y no se ha
manifestado de manera generalizada en todas las regiones del país. La política
actual ha agudizado la diferenciación social, ha provocado una profunda
reorganización de las relaciones sociales y políticas en el campo mexicano.
Estiman que de los productores nacionales, el 50 % no tienen capacidad
productiva (para los cuales se fomentan limitados programas para mitigar la
pobreza), 35 % tienen potencial productivo y sólo el 15 % tienen capacidad
productiva. Las elevadas carteras vencidas y la bancarrota de los productores y
sólo un puñado de empresarios agrícolas que han podido responder a las
exigencias de la modernidad por medio de la concentración de recursos y el
empleo intensivo de nuevas tecnologías, son características del modelo
neoliberal.
V. PERPECTIVAS DE DESARROLLO LATINOAMERICANO
La actual política neoliberal que predomina en América Latina, se
explica como la mas idónea dentro de los intereses del capital a escala
mundial, implica la acción del capital descarnado, que no se ve sujeto a ningún
obstáculo a partir de la desintegración del sistema socialista, que logra su
interés de un mayor grado de expoliación de los países subdesarrollados.
Pero que al mismo tiempo está llegando a su fin como opción para el
capitalismo como sistema, ya que los desequilibrios generados en su aplicación,
están llevando no solo a un incremento de la resistencia de los pueblos, que se
manifiesta en un creciente repudio a las medidas coercitivas ejercidas en
prejuicio de la población, sino que al propio tiempo, los mecanismos de mercado
están generando fuertes desequilibrios que prefiguran la posibilidad de una
crisis mundial que afecte profundamente al sistema económico y social
capitalista. Esto resulta tan evidente que son los propios organismos
financieros internacionales como el FMI, y los principalkes representantes del
capital en los países desarrollados, quienes están planteando nuevos
mecanismos de ordenamiento de la economía mundial, bajo esquemas donde se
controle de alguna manera la volatibilidad de los capitales, y se redusca el
riesgo de acción de la población en contra de la política neoliberal. En última
instancia puede decirse que el capital no tiene solución para resolver de fondo
las propias contradicciones que genera, mas que en su transformación como
sistema económico.
Pero en otro plano de análisis, los países subdesarrollados, y entre
ellos los de América Latina, tienen que buscar formas y mecanismos para
defenderse de inmediato ante la expoliación a que se ven sujetos, y la única
posibilidad de logrtar una mejor inserción en el mercado mundial, dentro del
contexto y los márgenes que posibilita la economía capitalista, es la búsqueda
de la integración entre los propios países latinoamericanos, que les permita
una defensa de sus intereses mas cohecionada ante los Estados Unidos, y además
un mayor poder de negociación ante los otros bloques comerciales, ello implica
realizar una valoración histórica que pudiera servir de orientación en el
pronóstico de las relaciones económicas entre los países de América Latina a
partir de las cuales definir propuestas de acuerdos bilaterales y multilaterales
que incidan en un fortalecimiento de los vínculos históricos que han tenido
nuestros países. Ello sin lugar a dudas, contribuiría a amortiguar los efectos
negativos derivados de las asimetrías entre América Latina y los países
desarrollados.
En el proceso de desarrollo de los países latinoamericanos, se han
visto rompimientos, guerras y contradicciones derivadas de las continuas pugnas
por el poder, y de la intromisión de intereses externos, las mas de las veces
de los estadounidenses, no obstante ello, existen condiciones objetivas que
derivan del propio proceso histórico que definen posibilidades reales de una
integración que les permita a estos países enfrentar de mejor manera los retos
que impone el actual proceso de globalización de cara a un futuro inmediato.
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